Antagonista

¿No soy yo 

(sin yo no soy el que escribe),

racional, en mi relación con la razón,

categórico, no sujeto a condición

y estableciendo categorías

creador donde no había nada,

intuitivo sin explicación racional,

espiritual en un estado inmaterial,

y sensible

libre?

No yo, no.

EL ESPACIO Y LOS OBJETOS

El espacio es el medio donde se sitúan los objetos,

corpóreos, incorpóreos e inaprensibles.

Los objetos corpóreos alteran la percepción del espacio.

Los objetos se manifiestan por su influencia sobre otros objetos.  

Las relaciones de influencia entre objetos constituyen un universo.

LA PERCEPCIÓN Y EL RITO

Los convencionalismos sociales, signos aprendidos, prejuicios, son la primera influencia en la percepción de las obras, incluso en la consideración, o no, de su cualidad artística.

La asociación de formas y objetos a esquemas topológicos y euclidianos, la imitación, la identificación, el modelo, alteran la percepción. La realidad y lo imaginado se confunden.

Vamos pues a cambiar la experiencia del espacio. Vamos a buscar el otro yo, el subconsciente, la personalidad no social. La intuición y el experimento que menciona Hilbert. La circunstancia.

EL LENGUAJE. LA COMUNICACIÓN

En toda obra debe estar presente el Arquetipo, imponiéndose sobre otras manifestaciones, a través de un sistema coherente, un lenguaje capaz de motivar y estimular. Este lenguaje provoca emociones y no es propio de un grupo, sino que se hace propio a través de la inteligencia emocional.

La duda y el error como elementos de progreso.

Contradicción, contraposición y experimentación.

Oriente occidente.

Interior y exterior.

Horizontal y vertical.

El recuerdo inconsciente.

Orden caótico.

Multiplicidad.

Substancia.

Autoconocimiento y empatía.

Luz y materia.

Geometría no euclidiana.

El acontecimiento

El tiempo, lo estático.

EN EL ESPACIO CORNELIUS

NO HAY OBJETOS

SÓLO QUEDA

LA ARQUITECTURA

QUE LOS RELACIONA

 

El lenguaje de la luz no está tan limitado como el de las palabras.

La sombra incluye el objeto, la luz y el espacio, además de la materia sobre la que se proyecta. Luz y oscuridad son partes de la misma cosa. No existen sin su contrario.

La influencia de los ritos sociales, lo nuevo, epatar, transgresión (el arte de los ignorantes). El tiempo eleva ciertas obras al nivel de Arte.

El detalle ensucia la esencia. La complejidad está en la sencillez.

En cualquier caso, y como soy el redactor, me reservo el derecho de trangsredir mis propias normas cuando lo considere oportuno. (La única trangresión admisible debe referirse a algo propio)

Esa capacidad que señaló Aristóteles de enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto.

Lo importante no es la naturaleza de los objetos geométricos(y no geométricos), sino la de sus interrelaciones

Ese mundo a medio camino en el recorrido desde Euclides hacia la abstracción.

“Debemos humildemente admitir que, mientras el numero es solo un producto de nuestro pensamiento, el espacio tiene además una realidad fuera de nuestro pensamiento, a la cual no podemos prescribirle a priori sus leyes.” (Gauss )

“En efecto, no tengo que atender a lo que realmente pienso en mi concepto de triángulo (esto no constituye más que su mera definición). Al contrario, tengo que ir más allá y obtener propiedades que no se hallan en este concepto, pero que sin embargo le pertenecen.”  ( Kant )

“Lo de dentro y lo de fuera no están abandonados a su oposición geométrica. ¿De qué exceso de un interior ramificado se escurre la sustancia del ser? ¿Es que el exterior llama? ¿No es el exterior una intimidad antigua perdida en la sombra de la memoria? ¿En qué silencio resuena la jaula de la escalera?” Bachelard, G. La poética del espacio

Piedras calladas, piedras calientes de llama transparente, piedras vetustas.

Piedras de tierra, y piedras de mar.

Piedras sin labrar, superpuestas en balates formando bancales. Olas secas en las laderas.

 

Luz sobre la superficie curva y áspera.  Luz ocre y verde. Luz de invierno y luz de verano.

Luz fresca de noches claras. Luz de geometría difícil.

 

Sol ardiente flotando en las olas. Sol de sombras acogedoras. Sol de cigarras en celo.

Sol de rayos curvos y punzantes.

 

Desierto de chumberas y pitas de tierras lejanas.

Desierto de esparto, algarrobo y olivo, con trochas polvorientas bordeadas de espinos.

Desierto verde de manantial. Aljibes, cántaros enterrados.

Desierto de construcciones solitarias, como flores de cacto, encaladas de cal antigua.

 

Polvo viajero.

La dualidad del ser humano es el tema central de la exposición que presenta el artista abstracto Cornelius en el Centro de exposiciones Castilla de El Escorial. A través de una serie de pinturas, esculturas e instalaciones, el artista explora las contradicciones, los conflictos y las armonías que caracterizan la condición humana.

Este antagonista abstracto es una figura misteriosa, sin forma definida, y su influencia se extiende más allá de lo tangible. Representa la lucha interna, la contradicción y la ambigüedad. ¿Qué secretos oculta? ¿Qué motivaciones lo impulsan? Eso queda a la imaginación del observador.

En este sentido, el antagonista abstracto no solo se opone al “ser”, sino que también puede surgir desde dentro de él mismo.  Nuestra identidad no está limitada a un “yo” individual y aislado, sino que está interconectada con el mundo y con los demás. No hay un yo permanente o sustancial. La identidad es una ilusión, y todo está en constante cambio.

Hay en la obra de Cornelius una notable influencia de la arquitectura y escultura contemporáneas, con una geometría única y una profunda conexión emocional.

La capacidad de una imagen para emocionar puede depender de la conexión personal del espectador, la composición y técnica utilizada, las experiencias previas del individuo y el contexto cultural en el que se encuentra. Cada persona también puede tener respuestas emocionales únicas y subjetivas a las imágenes, lo que puede explicar por qué una imagen puede emocionar a alguien y no así a otra persona.

La obra de Cornelius se caracteriza por su atemporalidad y su capacidad para transmitir una sensación única de introspección y contemplación. Sus pinturas y esculturas desafían las normas tradicionales del arte y abren nuevas posibilidades de expresión emocional.

En cuanto a los materiales utiliza restos de madera deshechados, y pinturas basadas en el agua y combinadas de forma inusual (acrílicos, acuarela, ceras, lápiz).

El carácter del material es parte de la obra, tanto en el caso de la madera como en el de el papel. La porosidad, textura, estructura y color de la base forman parte de la obra.

El resultado es una exposición que invita a la reflexión, al cuestionamiento y al diálogo con las obras y con uno mismo. Cornelius demuestra su maestría en el arte abstracto y su sensibilidad para abordar temas universales y trascendentales. Una exposición que no deja indiferente a nadie y que merece la pena visitar.

James Gatz